Alimentación en el embarazo ¿qué debo comer?

La alimentación en el embarazo juega un rol fundamental dado que crear una nueva vida supone un desafío increíble para nuestro cuerpo.

Sin embargo, cabe recalcar desde el inicio que no se trata de cambios extraordinarios, sino de un equilibrio entre el sentido común y algunas recomendaciones básicas por la salud del feto y de la futura mamá.

Alimentación y embarazo

Dicen que no hay mejor momento para cambiar tus hábitos de alimentación y estilo de vida que al descubrir que te vas a convertir en mamá. Sin embargo, lo ideal sería asentar unas bases sólidas en lo que a alimentación se refiere antes del momento de la concepción.

Tenemos que entender que nuestro cuerpo necesita estar listo para el desafío que se le viene encima, por lo que asegurar la correcta ingesta de ciertos micronutrientes y un adecuado equilibrio de macronutrientes es crucial.

Esta es la razón de que se recomiende, a mujeres que buscan un embarazo, comenzar a suplementar con ácido fólico (400 mcg/día) al menos durante un mes antes de la concepción (o a partir del momento en el que se comienza a buscar el embarazo) y con yodo (200 mcg/día de yoduro potásico) en mujeres que no consuman suficiente yodo con la alimentación. El objetivo es prevenir que se inicie la gestación con un déficit de alguno de estos nutrientes.

Alimentación en el embarazo

¿Tengo que comer por dos para llevar una buena alimentación en el embarazo?

A qué futura mamá no le han hecho comentarios del tipo: «ahora tienes que comer por dos», «reposo absoluto, que el deporte es malo para el feto», «ni se te ocurra exponerte al sol ahora que estás embarazada». Estos son solo algunos de los numerosos mitos que rodean al embarazo.

Pues bien, ni tienes que comer por dos, ni te tienes que quedar tirada en el sofá todo el día como si estuvieses enferma, ni tienes que evitar el sol (aunque aquí siempre con precaución por las posibles manchitas que pueden desarrollarse, especialmente en la cara) puesto que la vitamina D es otro de esos micronutrientes cruciales en esta etapa.

En esta etapa hay una palabra clave que define cómo se debe enfocar la alimentación: precaución.

Es cierto que las demandas energéticas se incrementan ligeramente en el segundo y tercer trimestre, algo que habrá que tener en cuenta en nuestras ingestas diarias. Sin embargo, también será muy importante el punto de partida de la futura mamá. Tanto un bajo peso como un exceso de peso pueden condicionar los requerimientos nutricionales durante la gestación.

Por otro lado, no se trata de «hacer dieta» ni para restringir tu alimentación en el embarazo, salvo que exista una patología concreta, y a excepción de los casos que veremos a continuación.

Volvemos a repetir la frase del inicio de este artículo: sentido común.

Embarazo y alimentos prohibidos

Como hemos dicho, sí hay ciertos alimentos prohibidos que deben evitarse por la salud del feto. En esta lista encontramos algunos muy obvios como el alcohol, el tabaco, los lácteos no pasteurizados, las carnes y pescados crudos, curados o poco cocinados, carnes de caza o pescados grandes como el atún rojo o el pez espada, y cafeína en exceso. Pero también podemos encontrar en esta lista los tés e infusiones, las algas, las nueces de brasil (que deben consumirse con moderación), las vísceras y patés, y también las plantas y suplementos de herbolario que no estén prescritos por un profesional sanitario.

Alimentos a evitar en el embarazo

Alimentación en el embarazo y molestias

En función del momento del embarazo, y de la individualidad de cada mujer, pueden aparecer algunas molestias que pueden ser tratadas mediante modificaciones de la alimentación.

Estamos hablando de alteraciones producidas por cambios físicos y hormonales debidos a el propio crecimiento del feto, como pueden ser los mareos, las náuseas y los vómitos, la acidez o el reflujo, el estreñimiento, la retención de líquidos o el insomnio.

Como siempre, la alimentación no es una varita mágica, pero con algunas pequeñas modificaciones, o con la incorporación de ciertos nutrientes o alimentos, podemos conseguir atenuar la sintomatología.

El objetivo es que la futura mamá disfrute de la alimentación durante el embarazo y no se sienta incapacitada en su día a día. Al fin y al cabo, se trata de una etapa preciosa, con una duración limitada y que no se repetirá muchas veces a lo largo de nuestras vidas.

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