Sobre mí
¡Hola! Soy Jessica Valiente Neuenschwander, Dietista - Nutricionista por la Universidad de Alcalá de Henares.



Una trayectoria poco habitual
Nací en Ginebra (Suiza), de ahí mi impronunciable apellido. Con 3 años me mudé a un pueblo de Albacete, en el que crecí rodeada de naturaleza y sol, y donde conocí a las que serían mis amigas para toda la vida.
Desde pequeña siempre se me dieron bien el dibujo y las matemáticas, por lo que creía tenerlo bastante claro, la arquitectura sería mi profesión.
Pasaron los años, y al terminar mis estudios de arquitectura, decidí que era momento de volver a Suiza, donde comencé a ejercer como arquitecta. Sin embargo, desde muy pronto, me di cuenta de que me faltaba algo, ese no acababa de ser mi sitio. Además, dado que en ese momento no tenía las herramientas necesarias, la gestión de mis emociones – ya fueran frustración, miedo o cualquier otra – la realizaba mediante la comida.
Un día caí por azar sobre el libro de una dietista – nutricionista inglesa, y comencé a aplicar algunos de sus consejos, sintiendo más saciedad en mis comidas, mejorando la calidad nutricional de mis ingestas y probando recetas que me permitían disfrutar con cada plato. Fue entonces cuando una bombilla se encendió en mi cabeza: ¿y si me dedico a la nutrición, ayudando a quienes están pasando por lo mismo que yo a mejorar su relación con la comida?
Creciendo personal y profesionamente
Decidí matricularme en Nutrición Humana y Dietética, pensando que “ya sabía gestionar mi relación con la comida”, y se me abrió un mundo de conocimiento y experiencias que no esperaba encontrar. La nutrición comenzó a formar parte de mi día a día: leía, escuchaba y veía todo lo que podía acerca de la nutrición.
Y aunque en este camino pasé por fases no del todo equilibradas con mi alimentación, he aprendido en el proceso la importancia de darle a tu cuerpo lo que necesita, de escucharlo y de cuidarlo, dejando a un lado las exigencias y trabajando en tus emociones.
Así que la razón por la que empecé a estudiar Nutrición se convirtió en un objetivo profesional: ayudar a mis pacientes a incorporar la alimentación a su día a día, aprendiendo a gestionar los distintos momentos que puedan surgir en la vida cotidiana, sin estrés ni ansiedad por la comida. Dado que comemos repetidamente ¿por qué no disfrutarlo, ya sea sólo o en compañía?


Descubriendo la parte clínica de la nutrición
Mi primera experiencia con pacientes se desarrolló en Diabète Genève, donde pude ver el impacto de la alimentación en la remisión de patologías como la diabetes, pero también la importancia de la modificación de hábitos, con la ayuda de pautas alimentarias que no impliquen una dieta rígida o cerrada, sino un estilo de vida, y la necesidad de incorporar el movimiento al día a día.
Aprendí la importancia de dar las herramientas al paciente, instruyéndolo, en el caso de la diabetes, en las características de la enfermedad, en cómo impacta la alimentación y en qué podemos hacer para mitigar los efectos no deseados, consiguiendo así empoderar al paciente con el conocimiento.
En mi segunda experiencia en consulta, ya de vuelta en España, pude ver la cantidad de pacientes que presentaban patologías digestivas, lo que despertó mi curiosidad. Comencé a leer más sobre el tema y decidí concluir mis estudios con un trabajo final de grado centrado en patologías digestivas.
Revisar los últimos estudios al respecto de patologías como el síndrome del intestino irritable, intolerancias alimentarias o disbiosis me cautivó, por lo que desde ese momento no he dejado de formarme con el fin de adquirir las herramientas necesarias para ayudar a mis pacientes.
De todo este camino sinuoso he extraído varias conclusiones:
- El conocimiento es poder.
- Nuestro cuerpo sabe lo que necesita, si aprendemos a escucharlo.
- La alimentación es la piedra angular tanto de la prevención como del tratamiento de numerosas patologías.
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