¿Cómo puede ser que en España, donde gozamos de un sol radiante casi todo el año, nos encontremos con que la mayoría de la población tiene deficiencia de vitamina D?, ¿cuáles son los síntomas?
Pues bien, dado que realizamos casi todas nuestras actividades en entornos cerrados, es muy difícil que podamos llegar a sintetizar suficiente vitamina D.
Y dado que en los momentos en los que podemos tener una mínima exposición, lo hacemos con crema solar, el resultado viene a ser el mismo que si no nos expusiésemos.
¿Quiere decir esto que tenemos que tumbarnos «vuelta y vuelta» en la playa, sin protección, para remontar nuestra vitamina D? Evidentemente no. Mas bien significa que tenemos que aprender ha exponernos correcta y gradualmente, para sacarle el máximo partido al sol, sin que conlleve un riesgo para la salud.
Pero, ¿qué es la vitamina D?
Probablemente la primera vez que oíste hablar de la vitamina D fue con la pandemia de la COVID-19. Durante este fatídico periodo, varios estudios mostraron la mejora del sistema inmune y la reducción del riesgo de complicación y muerte cuando se suplementaba a los pacientes con vitamina D. Esto permitió que la vitamina D saliera a la palestra como una «vitamina a tener en cuenta» .
Pero esta vitamina lleva haciendo su función desde mucho antes de que nosotros llegásemos, puesto que se han encontrado restos en los primeros organismos vivos que habitaron el planeta.
Se trata de una vitamina liposoluble, y por tanto se disuelve en las grasas y puede ser almacenada en el cuerpo. Por esta razón, los pescados grasos pueden ser una fuente de vitamina D, dado que almacenan esta vitamina en su tejido graso.
Esto es lo que llevó durante años a suplementar a los niños con aceite de hígado de bacalao, haciendo que todos ellos se librasen del raquitismo, a costa de no olvidar nunca su desagradable olor a pescado.
Entre las funciones principales de la vitamina D se encuentra la salud ósea, que suele ser la más conocida. Pero también participa en reforzar nuestro sistema inmune, controlar la inflamación, proteger el sistema cardiovascular o incluso atenuar la sintomatología de la depresión, entro otros.
Cómo saber si tengo deficiencia de vitamina D
La forma más fácil de saber si existe deficiencia de vitamina D es con un análisis de sangre. Si sale por debajo de 30 ng/ml se considera insuficiencia, aunque hay sectores del ámbito científico que consideran que el valor límite debería ser de 40 ng/ml.
Lo ideal sería verificar los niveles en septiembre, al final del verano. Así podríamos evaluar las reservas para el invierno, y que el médico nos indique si la suplementación es necesaria o no.
Cómo prevenir los síntomas de deficit de vitamina D
Hay tres vías que nos permiten obtener vitamina D: la fisiológica, la nutricional y la farmacológica. Para saber qué alimentos contienen vitamina D y en qué medida pueden ser útiles, te dejo visitar la entrada qué alimentos tienen vitamina D.
Síntesis fisiológica
Es la forma en la que los humanos, pero también el resto de seres vivos, la hemos obtenido siempre: a partir del sol. Para fabricarla, debemos exponer nuestra piel, sin filtros (crema solar, gorras, ropa, cristal), a la luz solar.
Pero ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿cuánto tiempo?… Pues depende.
Depende de en qué país vivas, en qué estación te encuentres, qué hora sea, cuál sea tu tipo de piel…
Para resumir, si vives en un país con una latitud mayor a 33º (norte o sur), como es el caso de España, la síntesis de vitamina D sólo será óptima desde mayo a octubre. Siempre en las horas centrales del día.
¡Pero ojo con quemarte! El objetivo es exponerse regular y progresivamente al sol, y las recomendaciones actuales son de en torno a 20 minutos al día (aunque una vez más, algunos ámbitos científicos consideran que podría no ser suficiente).

Suplementación farmacológica
Aunque podemos encontrar Vitamina D de venta libre en distintas dosis, lo ideal sería que fuese tu médico quien te recomendase cómo y con cuánta dosis suplementar.

Por tanto…
Dejemos de ver al sol como una amenaza, y convirtámoslo en nuestro aliado. Si aprendemos a exponernos con seguridad al sol, podremos sacarle mucho partido. Además, sus beneficios van más allá de la obtención de vitamina D, así que mejor no desperdiciarlos.